La respuesta siempre SOY YO.

Es tan cierta esa frase de: “La gente no TE hace cosas, la gente simplemente hace cosas…” y yo, me lo tomo a título personal, basado por supuesto, en mis heridas de la infancia. Por ello la importancia de trabajar en ellas.



 

Alguna vez escuché que somos una sociedad de humanos heridos y desde las heridas nos relacionamos… Entonces pensé: “Claro!! ¿Cómo se supone que las relaciones personales sean sencillas si contactamos con los demás, desde las memorias de dolor?. Porque asumimos que las acciones, palabras y hasta los pensamientos del otro (igual de lastimado que yo), son por y para mí… Ahí, está el ego.



 

Y aunque una que otra vez sí pase y efectivamente pudieran estar dirigidos a mí los ataques. Podría asegurar que el 90% o más de las veces, no es así. Sino es mi ego en esta adicción a la victimización, a sentirme mal para entrar en la tan conocida y cómoda zona de confort; del drama, de la pobrecita de mí / del pobrecito de mí, que nadie quiere, que es maltratad@ por el mundo…

 

Y no sé… supongamos que es cierto y la sociedad se puso de acuerdo… TOOOODA, para maltratarme porque en verdad le resulto detestable…. (mi creencia adicta al dolor obvio y el ego en modo pavorreal jajajaja (completamente expandido, gozando con plena alegría de mi sufrimiento.))… En ese supuesto, en realidad, no hay un ataque del mundo, sino una gran oportunidad de auto transformación, porque el universo me está poniendo enfrente el mensaje de que hay algo que preciso metamorfosear.



 

Pensando en un ejemplo a nivel personal de ésto, te comparto que si hay algo que me pone aún, (pues lo sigo trabajando en mí), muy malita de mis nervios y en algunos momentos me ha hecho sentir mal, es que cuando yo le escriba a alguien un mensaje largo o envíe audio en forma de conversación, e incluso cuando haga alguna pregunta, me respondan con un sticker. Yo toda inspirada y casi casi recibo como “respuesta” una manita arriba pfffff… Jajajajaja.

 



Y bueno, es una realidad que cada vez vamos volviendo más a la época de los jeroglíficos como lenguaje jajajajaja. De hecho por ahí anda un meme circulando al respecto, pues muchos los usan como medio de comunicación, el riesgo es que todos podemos interpretarlos de maneras diferentes. 



 

El punto es que a este argumento justamente he apelado últimamente para aplacar mi herida de la infancia, que cuando alguien me responde de dicha forma, me grita: ¿Ves? No le importas, tu sentir no le es relevante, no te ve / no te escucha,, eres molesta, le eres indiferente y un largo etc. Esas cosas que a nadie le suceden, ni le pasan por la cabeza en algún momento de su vida ¿verdad?… Jajajaja.

 

Y ahí está esa bendita adicción tan humana al drama, y el ego haciendo todo para evitar mi avance

 

También es cierto que aunque pueda procesarlo, entenderlo y abrazar a mi niña herida en esos momentos, a mí siempre me ha gustado muchísimo más las palabras. Y sí, amo también usar stickers pero acompañándolos de algunas o muchisimísimas palabritas jajajaja. Para mí son más bien complementos…



 

Anyway, esa ha sido mi experiencia al respecto y durante mucho tiempo lo padecí muchísimo.

 



Cierto es que aunque a veces me sigue haciendo reaccionar, cada vez es menos, porque me queda claro que es un tema mío y no del otro, o quizá pudiera ser que también sea del otro, pero es a mí a quien le incomoda y el para qué de ello, es mi trabajo personal.



 

Afortunadamente tengo este placer por la auto observación constante que fue lo que me ayudó a caer en cuenta del origen de ese malestar y por supuesto el maravilloso acompañamiento de mi psicóloga que me sostiene, confronta y muestra lo que no soy capaz de ver con mis ojos, de formas siempre muuuuuy directas, pero también infinitamente amorosas. Bendita sea siempre la terapia y mi adoradísima Aurorita del Villar. 


 

Así que… Ahora más que nunca el mundo necesita que sigamos viéndonos en conciencia de que el afuera es un reflejo siempre de mi interior y cuanto menos me gusta, lo es aún más. De igual manera, cuanto más me agrada más me pertenece. Todo, todito, está en mí; El conflicto, la respuesta, el camino y la solución…

 

Con amor.

 

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