Desde hace días no he dejado de encontrarme mensajes con frases como “Me dueles México”, “Todo mal…”, “Ésto es culpa de … “.
Y no, yo diría que no hay culpables, hay / habemos responsables y esos, somos tú y yo. Sí, la guerra y la violencia es el reflejo de cada uno de nosotros. De la violencia cuando me miro al espejo y me juzgo o insulto sin piedad porque no me veo físicamente como la sociedad dicta que debo verme. Cuando llamo ignorante, estúpido, naco, y un largo etcétera de insultos hacia quien no piensa o actúa igual que yo.
Alguna vez platicando con dos terapeutas, una de los cuales es mi psicóloga, hablábamos sobre la autodestrucción. Y algo que me ayudaron a ver, es que todo aquello que yo trabajo y supero en mí, sana esa misma característica en el universo y por ende en la humanidad.
Necesito dejar de perder el tiempo viendo y juzgando lo que hace el de enfrente y en lugar de ello, requiero ocupar mi tiempo, atención y energía para brincar hacia mi interior. Ver, sentir, reconocer, todo el resentimiento, el odio, el dolor, la frustración, la amargura que hay dentro mío, enfocarme en sanarlo, fortaleciéndome con el amor, la esperanza, la empatía que también están en mí. Sólo así, el mundo realmente abrazará la Paz.
Un mundo pacífico comienza en casa y cuando digo casa, sí, me refiero a la familia, pero por sobre todas las cosas, hablo de mi corazón, mi cuerpo, mi mente. Es ahí donde se construye una verdadera nueva tierra. En la conciencia de que todos somos y tenemos derecho de ser diferentes, de pensar distinto, de elegir lo que consideramos es mejor para mí y eso está bien. La Paz se siembra en el respeto y el trabajo conmigo mism@
Yo elegí desde hace meses parar la guerra con mi cuerpo, trabajar el amor y la aceptación hacia él, libre de juicios sin querer cambiarlo, sino aprender a amarlo tal como es. No ha sido un camino fácil, pero cada día doy un pasito más de luz hacia mi relación de Paz con él.
¿Cuál es la guerra en ti, que precisas pacificar hoy?.
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