Con la llegada de este Noviembre 2021, las emociones se me pusieron “un mucho” de cabeza, la luna en escorpio me lo revolucionó todo y pude más que nunca, ver de manera clara mi sombra. Principalmente la herida de mi infancia. ¿Y te cuento algo?… Aunque no debería, sentí mucha vergüenza.
Generalmente procuro estar en conciencia el mayor tiempo posible, observarme, sentirme y analizar de dónde surge y el para qué de lo experimento con mis sentidos y corazón, pero este mes, el trabajo ha sido taaaan profundo y desde luego sumamente revelador. Atravesé de todo: dolor, tristeza, soledad, enojo, ira, impotencia, miedo, mucho miedo.
Y parte de lo vivido, me llevó a lo que hoy te quiero compartir…
En el plano en el que vivimos, necesitamos estar muy conscientes de aquello que experimentamos, Trabajar en eso, todo momento: nuestro sentir. Pues ello, será lo que materialicemos paso a paso.
Cuando cedemos al miedo, podemos ver las cosas que tememos manifestarse en nuestra realidad.
Lo que tiene más posibilidades de revelarse ante nuestros ojos, es lo que está en el inconsciente colectivo, una idea que te han sembrado (tus padres, amigos, la sociedad, etc.) y no te has dado el tiempo para procesarla, es decir, no te has regalado ese espacio para observarle, sentirle, atravesar la emoción que te esté generando y principalmente, cuestionarla.
Es importante tener en cuenta que cuando examinas esa idea, o el probable evento que te atemoriza, que posees la certeza de que no se trata de algo que desees en tu vida por un lado y por el otro, pensar y planear cómo te podrías preparar para enfrentarle en el caso de que ocurriese. Teniendo siempre en mente que la gran mayoría de las cosas terribles que tememos, nunca ocurren, Pero si te da Paz, puedes dedicarle un tiempo CORTO, (sólo desde tu observador, sin involucrar emociones). De esa forma le quitarás toda la fuerza y si sucediese, te habrás preparado para enfrentarle de la mejor manera. Lo que sin duda, te dará cierta tranquilidad y fortaleza.
Al mirar fijamente la obscuridad (incluyendo evidentemente la tuya), de manera consciente, se desvanece.
El miedo, se alimenta cuando no lo miras, crece cuando lo ves, de inmediato lo ignoras y centras tu atención en otra cosa. La forma de deshacerte de él es observándolo, resolver, dejar de huir, de evitarlo, para atravesarle y desintegrarlo.
El trabajo interno, casi siempre es muy doloroso, pero el fruto siempre será la Paz de quien elija adentrarse en esa aventura de los sentires. Porque ¿quiénes seríamos sin toda esta posibilidad de sensaciones, percepciones y emociones que se agolpan en nuestro pecho y momento a momento nos gritan que seguimos con vida?.