Detente

Se te acaban las letras en el suspiro de mi mirar, ante el anhelo de un encuentro permanente en la eternidad.

No importan tiempos, razas, clases, ni distancias. No son relevantes son los suspiros que se funden en la nada.

Abrazando sigo mi paraíso, imaginando ese beso escurridizo.

Se difuminan ya los vocablos y en palpitares sublimes me hundo yo.

Te apartas… El frío recorre mi cuerpo, inunda ya mi corazón perplejo. Me alejo… Qué pena… nos absorbieron ya los miedos…

En mi cuento de hadas aún vives, respiras y abrazas. Tus clisos me observan al andar de mi alma.

Volaré quimeras, me inundaré de esta realidad que espera. Abriré mis ojos al mundo que aguarda deseoso de envolverme en brisas de colores… En espejos multisabores.

Caeré al vacío, liberando cada lágrima contenida para luego llenar de nuevo el corazón… Silencio, llama, está llamando a la puerta.

Deja ya mi mente quieta. Para ese vaivén de mensajes que sólo confunden mi corazón.

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