Todo está bien, papá

Papá… Tantas veces dije que no me hacías falta por un orgullo absurdo, combinado con miedos y tristeza, pues desde que a mis seis años te fuiste, aunque no lo aceptara, siempre me hiciste falta… 

 

Es cierto que hubo alguien más que de alguna manera o más bien de muchas, estuvo a mi lado ejerciendo el papel que era tuyo… Pero supongo que cuando un papá se va, nada ni nadie puede suplir el calor de sus abrazos, o la precisión de sus palabras… 

 

Es cierto, me hubiese encantado vivir contigo esa relación padre e hija, como también es cierto que agradezco y bendigo infinitamente a ese hombre, que se desveló cuando estuve enferma, me curó cuando me caía, me protegió y me defendió de todo aquel que en algún momento me molestó o agredió. A él, que le tocó y eligió fungir ese papel porque tú no estabas… 

 

Me dolieron tanto tus silencios … Y créeme que no es reclamo. Simplemente quiero que sepas que me hiciste falta, que sí sentí tu ausencia a pesar de haberlo negado tantas veces. Fue hasta mis 30 años o un poco más, que lo acepté y asumí. Después de hacer consciente una profunda tristeza, nostalgia y deseo de haberme sentido protegida por ti, cuando un amigo mientras platicábamos por messenger, me dijo, “Permíteme, voy a servirles de cenar y arropar a mis pequeños”…

 

Hasta ese instante, supe que sí te había extrañado, que muchas veces anhelé que me cobijaras tal como lo hacía ese amigo con sus peques, que me leyeras un cuento o poder resguardarme en la perfección de tus brazos para sentirme contenida y querida… Lo supe y lloré mucho. 

 

Después como recordarás, hace dos años o un poco menos quizá, tuve la oportunidad de hablar contigo por teléfono gracias a mi amiga Erika Paola (q.e.p.d) y escuchar esa perfecta voz de papá que me llenó el alma de paz y amor. En ningún momento sentí coraje, ni resentimiento, sino todo lo contrario. Mi pecho se llenó de una inmensa alegría combinada sí, con un gran nerviosismo. Y fue increíble… Independientemente de que después no llamaras a pesar de que dijiste que lo harías. 

 

Hoy sé que todo es perfecto y que antes de venir, yo sabía que sería así… Asumo mi responsabilidad en lo que elegimos en esa reunión de almas… Eres un alma tan perfecta y divina como la mía, como la de mi mamá y tantas!! Un alma amorosa que con sus acciones y decisiones vino a mostrarme el camino para que yo lograra aprender del perdón y la fortaleza tal cual lo dice Neale Donald Walsch en su relato ” La pequeña alma y el sol”… 

 

Es más, te agradezco y bendigo que me ayudaras a crecer con tu distancia… Hoy también sé que tu ausencia no fue maldad sino el infinito amor de un alma ayudando a otra, con el sacrificio y de la forma que un ser de luz es capaz.  Te bendigo y agradezco por eso … 

 

Sé que tuviste miedo y créeme que te entiendo porque es el mismo monstruo que ha paralizado muchas veces mi vida. Quiero hacerte saber que al buscarte, mi único interés es el amor,  conocerte, saber cuáles son mis raíces, cómo eres físicamente porque no tengo fotos tuyas y después de tanto tiempo, te olvidé. También porque quiero agradecerte antes de irme de esta tierra o que seas tú quien parta de ella, lo que como alma hiciste por mí, por lo que me ayudaste a crecer. 

 

Deseo quitar de tu pecho, (si es que existe), la culpa o el dolor de la ausencia… En realidad no sé a ciencia cierta lo que que sientes, pero a la distancia puedo percibir algo a lo que  no deseo ponerle nombre pues no  me corresponde a mí, pero quiero saber que estás bien y en paz. Consciente de que somos luz y que todo está bien como es… 

 

Entiendo que no me conoces, al menos no conscientemente, pero hoy me gustaría que tomaras  mi mano y juntos convirtamos cualquier dejo de oscuridad en luz, la tristeza en alegría, soledad en compañía. Quiero volverme la voz de tu esperanza, repetirte una y otra vez que todo está bien, que es perfecto así como fue y estuvo bien, porque gracias a tu amor hoy conozco el perdón, por ponerle un nombre… 

 

No sé si estas líneas sean un parteaguas para que te acerques o alejes aún más, eso no importa porque sé que también será de acuerdo al plan divino… Y al mapa de vida que me ayudaste a planear… Sólo quiero que sepas que te amo y te bendigo… Que agradezco el sacrificio que como alma hiciste por mí, de la misma forma que agradezco el hecho de que me dieras la vida … 

 

Gracias papá, gracias infinitas, sé feliz porque todo está en orden, y así como es, se encuentra en perfección… Cada cosa, vivencia y situación están donde debe ser…

 

Hoy cierro mis clisos y decido imaginarte, mirarte, abrazarte, hacer consciente que es verdad, que hoy, en este instante estás aquí y después si quieres vuelve a emprender el vuelo, dime hasta pronto. Hasta que nos encontremos en otra reunión de almas y vuelva a agradecerte por ayudarme en mi desarrollo. Elijo llenar mis ojos de ti, llevarte en mi recuerdo para lograr resguardar tu esencia en caso de que decidas partir. 

 

Toma mi mano y siente esperanza, tómala fuerte y conviértete en fe !! Déjame transmutarme en un corazón donde este momento de luz y amor divino permanezca para la eternidad. Vuela y siéntete libre. GRACIAS, que Dios te bendiga hoy y siempre Papá…

 

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